domingo, 13 de marzo de 2016

El arte como expresión comunicativa

¡Hola queridos blogueros!
¿Preparados para descubrir lo que esconde esta nueva entrada? Atentos.

En las próximas actividades que vamos a presentar, podremos comprobar que los seres humanos han transmitido y siguen transmitiendo mediante el arte, mensajes en diferentes soportes, los cuales han variado durante el tiempo.

MÁSCARA

Después de realizar la visita por el museo y ver diferentes obras, pinturas, esculturas y demás, fuimos a una sala donde pudimos realizar una actividad creativa la cual era realizar una máscara. Para ello, utilizamos diferentes materiales tales como; pinturas, lana, tijeras, pegamento, papel de pinocho, brillantinas, entre otros muchos. 




El objetivo de este taller, era poder reflejar un sentimiento a través de las máscaras. Nosotras, escogimos alegría y tristeza pero nos resultó bastante complicado reflejar esos sentimientos. Por lo cual, queda constancia de que el arte es un medio de comunicación y expresión. Este fue el resultado final de nuestras máscaras: 



DIFERENTES SOPORTES

En esta actividad, hemos recopilado todos los diferentes soportes, tras dar un paseo por las salas del Museo. Ésta, consiste en ir colocando los distintos soportes mediante una tabla especificando la época en la que pertenecen desde que se empezaron a utilizar, acompañadas de fotografías tomadas en el Museo Diocesano de Arte Sacro.


FOTOS   / TÍTULO
SOPORTE
ÉPOCA
Andra Mari

 
Andra Mari


Inmaculada (maniquí)


San Francisco




























Madera (policromada)






Románico, C. 1190.











Gótico, C. 1320












Barroco, rococó, C. 1769













1900





(se empezó a utilizar en el Siglo XII-XV).
Matanza de los inocentes


San Bartolomé


Santiago Matamoros


Virgen de la soledad de Francisco Asorey

 






















Talla de madera






C. 1490-1500 












C. 1550 














C. 1500 














1932 







(se empezó a utilizar en la Edad Media)
Virgen al pie del calvario








Mármol blanco






Renacimiento, C. 1535





(se empezó a utilizar en el año 3000 a.C.)
Retablo de la pasión






Alabastro




Gótico, 1440-1460.
Frontal de altar








Cuero pintado





Barroco, rococó, del tercer cuarto del Siglo XVIII
Cruz patriarcal

 







Cobre





Gótico, mediados del Siglo XIII





(se empezó a utilizar en el año 7000 a.C.)
Viril








Latón






1774





(se empezó a utilizar en el Siglo XV).
Vicente Larrea: Cristo crucificado








Bronce






1964





(se empezó a utilizar en el año 3000 a.C.)
Cáliz














Plata dorada






Finales del Siglo XVII











1670
Águila eucarística (pelícano)



Viril
















Plata






Mediados Siglo XVIII














1774







Oro





(se empezó a utilizar en el año 4000 a.C.).
Moisés Huerta crucificado
















Papel (cartulina)






1943













1961



(se empezó a utilizar en el Siglo II a.C.).
Quintín de torre: dolorosa







Escayola policromada





1920


















Textil














(se empezó a utilizar en el año 3000-4000 a.C).








Piedra

1. Prendimiento

2. Camino del calvario







Oleo / tabla





Gótico, C. 1430.



(se empezó a utilizar en el Siglo V).
Juicio de Cristo ante el sanedrín


Anunciación


Inmaculada


Santa Lucía


























Oleo / lienzo




Barroco, C. 1615.














1931












Barroco, rococó, C. 1770












Barroco, rococó, C. 1784





(se empezó a utilizar en el Siglo XIV-XV)
Escritorio







Madera y hueso





Barroco, C. 1650.


SAN MIGUEL ARCANGEL


Mientras visitábamos las diferentes salas del Museo, aprovechamos para escoger la obra que más nos gustó. Una vez seleccionada, debemos decir qué nos sugiere la obra y qué efecto produce en nosotros aclarando si nos transmite tristeza, alegría, religiosidad, poder, entre otros sentimientos o sensaciones. A demás de eso, hemos investigado sobre la dicha obra y hemos recogido la información más significativa como es la época, el lugar en la que fue creada, entre otras cosas.

La obra que hemos seleccionado es San Miguel Arcángel, es –junto a San Rafael, San Gabriel y San Uriel– uno de los cuatro arcángeles citados en la Biblia. Su nombre significa “¿Quién como Dios?”, en referencia a su cercanía al Señor. Es el comandante en jefe de los ejércitos celestiales y por lo tanto, el encargado de enfrentarse a Lucifer después de su rebelión contra Dios. Es representado como un hombre alado y vestido con el uniforme de general romano, venciendo al demonio con una lanza. Éste, suele aparecer como un diablo, un dragón o una gran serpiente. 

En un principio, el Arcángel se ocupa en pesar las almas antes de llevarlas al cielo, mientras el demonio intenta variar el peso para arrebatárselas. Más tarde, cesa en esa ocupación y San Miguel empuña la lanza o la espada contra el demonio que tiene a sus pies. El combate de San Miguel con el diablo está tomado del libro del Apocalipsis.

La iconografía de San Miguel Arcángel varía a lo largo de la historia. En el Románico y primer Gótico, viste túnica larga y ceñida a la cintura o bien dalmática. Durante el siglo XVI, comienzan a vestirle con traje de guerrero con armadura de la época, como San Jorge, del que solo se distingue por las alas. Poco después, se ostenta ante el pecho la coraza de cruzado. Desde el Renacimiento se prefiere la indumentaria de general romano, haciendo su aparición la espada. Además, tiene una diadema o corona en las sienes. En una representación moderna podríamos ver a San Miguel con una patena en las manos, símbolo de ofrecer a Dios las obras de los justos.


Esta obra es anónima y pertenece a la época del barroco que se caracteriza por dinamismo, es decir, por el movimiento. Se imponen las líneas, las curvas, el desequilibrio, así lo podemos comprobar en la obra de San Miguel, ya que podemos comprobar como intenta reflejar el movimiento mediante la lucha contra el demonio. Además, observamos como la escultura tiene muy marcadas las líneas y que de algún modo, busca ese desequilibro entre la vida y la muerte. Asimismo, también se busca la ilusión óptica  y el engaño, como el juego con la luz, que trata de provocar al espectador.

En el barroco, las esculturas evidencian la expresividad que el escultor quiere plasmar en ellas, exponiendo emociones como tristeza, amor, alegría o enojo, de manera que quede patente la acción que realiza el personaje esculpido, ya sea este personaje real o imaginario como las ninfas, seres mitológicos o demonio como es en este caso tal y como podemos ver en la fotografía que aparece abajo. Podemos observar que principalmente esta obra transmite un poco violencia, el enojo o mejor dicho la lucha contra el mal, una lucha contra un personaje imaginario. 

A través de la historia, San Miguel ha protagonizado muchas historias y leyendas y se le han dedicado también muchas oraciones. No sólo es el príncipe de los ángeles, sino que también reina en la imaginación y en el corazón humano.

Tanto a nivel literal como simbólico, el arcángel Miguel representa la justicia y la lucha por el bien. Su papel en las escrituras bíblicas lo destaca como el capitán de los ejércitos de Dios, que son las fuerzas del bien en el universo. Su significado implica protección, seguridad, poder, superación de obstáculos y la destrucción del miedo y la duda. Por eso, el arcángel Miguel inspira al ser humano a vestirse con los símbolos de su armadura.


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